Cosmogonía tebana
Amón fue el último dios dinástico del Egipto antiguo y sin embargo su origen es la más oscura de todas. En el Imperio antiguo, era el dios de un pueblo pequeño sin importancia. La primera mención a Amón esta en el libro de las pirámides. Su vecino Montu, tenía un prestigio totalmente distinto ya que los faraones de la XIª Dinastía lo incorporaron a su nombre (por Ej., la dinastía “Montuhotep”. La XIIª Dinastía, los “Amenemes” elevaron a Amón a la dignidad de dios dinástico. Sin embargo hay que esperar el Imperio Nuevo para que su reino sea absoluto. Una vez elevado a la dignidad de “dios supremo”, los teólogos de Amón asimilaron muy rápidamente los demás centros religiosos en provecho de Amón. El punto geográfico que promulgo esta nueva teología fue la ciudad de Tebas y sus grande templos Karnak y Luxor.
El origen de Amón es misterioso. Para algunos es uno de los dioses de la Ogdoada en la que su consorte sería Amonet. Para otros, sería el dios del aire y viento originarios del Egipto Medio. Finalmente, sería originario de Tebas lo que explicaría la difusión de su culto a partir de esta ciudad.
Lo originalidad del pensamiento tebano fue que combino elementos de las cosmogonías que la habían precedido o sea, las tres que acabamos de ver. Se decía que, al principio del mundo, la serpiente Kematef, él que completa su tiempo, emergió del Nun en la misma Tebas. Alumbro a Irta, él que hace la tierra. Irta se encargo de crear el universo: alumbro a la tierra y los 8 dioses principales. Estos fueron a Heliopolis (en algunas versiones Hermopolis) para dar vida al Sol, Atum y Ptah. Agotados, volvieron a Tebas donde se durmieron para siempre a lado de Kematef e Irta. Ampliando su pensamiento, los sacerdotes tebanos declararon que Amón, como dios creador, se materializaba en la apariencia de Kematef.
La personalidad de Amón fue evolucionando y su culto iba enriqueciéndose de “prestamos”. Desde la XIIª dinastía, bajo influencia heliopolitana, se transforma en Amón-Re.
Amon-Re:

Pero los sacerdotes tebanos le dieron también los rasgos de Min de Koptos insistiendo así en el papel creador de Amón que se transforma en Min-Amón-Ré-Kematef.
Amon-Min:

En la XIXª dinastía, Amón-Ré se había convertido en el gran dios del imperio y reinaba sobre todas las otras divinidades. Representado con los rasgos de un carnero, su vellón evocaba la luz. Pero podía también convertirse en otro carnero sagrado; Knum, dios de Elefantina y transformarse así en Knum-Re.
De su nombre, Amón que significaba “el escondido”, el dios tebano sacaba la expresión de su personalidad. La misma naturaleza de Amón era de escapar al entendimiento así que nadie podía entender la esencia misma del dios. Pero si bien su persona era única, sus aspectos eran múltiples y dependían del rasgo de carácter que se quería poner en evidencia: Aspecto solar: Amón-Ré; aspecto fecundo, Amón-Min; aspecto creador, Knum-Re. Este sutil juego permitió a Amón de imponer su carácter universal en todo Egipto.
En la XVIIIª dinastía, el clero tebano, como lo había hecho el clero menfita para Ptah, le dieron una familia a Amón: la tríada compuesta por Mut, su consorte y Jonsu su hijo.
Tríada tebana:

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