La cosmogonía heliopolitana
El mas conocido de los temas ligados a la creación del mundo es el que fue concebido en Heliopolis, Iunu, la ciudad del sol, por sacerdotes que constituyeron una familia divina muy turbulenta y con una existencia llena de aventuras truculentas. Generalmente para nombrar este ser primero salido del Nun, los teólogos de Heliopolis usaron el nombre de ATUM. Atum era un dios solar creador, era el maestro universal. El clero explicaba que el astro solar revestía varias formas durante su carrera celestial: era Khepri,el sol al amanecer,

Ré, el sol del cenit

y Atum, al ocaso.
Los tres representaban al sol pero representaban solo un aspecto de la entidad solar. Atum representaba un potencial de creación, Ré, era el motor que encarnaba la realización de esta creación y Khepri, el símbolo de la vida renaciendo con la luz:
“Soy Atum cuando me manifiesto solo en el Nun, pero soy Ré en mi aparición luminosa, en el mismo momento que se prepara para gobernar lo que ha creado”
Progresivamente, los teólogos asimilaron Atum a la forma de Ré, de tal modo que se llega a hablar de Ré-Atum, dios creador que preside la Gran Eneada constituida por 9 dioses principales. (A lo largo de los siglos, este sincretismo será adoptado por otras muchas divinidades las cuales, para desarrollar su propio culto, necesitaran de este apoyo solar). Los 9 dioses: Ra, Shu, Tefnu, Geb, Nut, Osiris, Isis, Seth y Neftis.Atum apareció en Heliopolis, sobre una piedra piramidal, le “ben-ben”, evocación de un rayo de sol petrificado(precursor de los obeliscos). Habiéndose materializado, pudo empezar el proceso de la creación:
“Entonces mi espíritu se mostró eficaz, el proyecto de la creación se dibujo ante mí, y, estando solo, hice lo que quería hacer.”
La creación del mundo fue en consecuencia una voluntad intelectual del demiurgo doblada de un acto puramente físico y concreto ya que hacía falta explicar la llegada de la primera pareja que dará vida al resto de los dioses. Así por el escupidazo o la masturbación, da la vida al primer principio femenino(Nebethetepet) y el primer principio masculino. La mano de Atum llego a ser considerada como la contrapartida femenina de la creación:
“Me he unido a mi mismo, de manera que salieran de mi mismo después de que haya producido la excitación con mi mano, y que mi deseo se haya realizado por mi mano y que la semilla haya caído de mi boca”
Se decía también que Ré-Atum había abierto los ojos y que el sol y la luna habían tomado forma. Después se puso a llorar y los hombres habían nacido de sus lágrimas.
Así, Ré-Atum había engendrado a a la primera pareja divina: Shu, la atmósfera luminosa, el aire, la luz y Tefnu, su gemela que encarnaba la humedad pero también el calor.

Shu y Tefnu eran indisociables y complementarios. Shu representaba el espacio aéreo en el cual tenían que propagarse los rayos del sol y Tefnu traía el calor y el orden cósmico. Por su presencia, aseguraban el desarrollo del astro divino. Los textos mismos decían, hablando del Demiurgo, que de uno se ha convertido en tres. Cada mañana Shu y Tefnu tenían que dar a luz al sol Ré que no podía existir sin la acción de sus hijos y eran ellos mismos que permitían a su padre de revelarse. Shu y Tefnu se transformaran, mas tarde, en leones guardianes del universo.
Después, en una reproducción natural, Shu y Tefnu dieron vida a la segunda pareja divina: Geb, la tierra y Nut, el cielo. Así ya estaban los actores de una historia divina larga y llena de acontecimientos.
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